miércoles, 11 de abril de 2018

¿Beneficio para las empresas o sistemas de alimentación diversos?

Un nuevo informe ha develado cómo las corporaciones y gobiernos están impulsando de manera activa el uso de semillas comerciales en África occidental, con un profundo impacto en la alimentación y en los derechos de las comunidades.

En África occidental, más del 80% de las semillas que utilizan las comunidades campesinas provienen de especies y variedades tradicionales, y son seleccionadas, guardadas, utilizadas e intercambiadas según sus prácticas habituales. A pesar de que estas semillas garantizan un sistema de alimentación diverso, así como los derechos de las poblaciones locales, gobiernos, corporaciones y agencias de desarrollo están promoviendo el uso de semillas comerciales y unos pobres derechos intelectuales, lo que pone a estos sistemas de semillas tradicionales en peligro.
Un nuevo informe lanzado este lunes por la Red mundial del derecho a la alimentación y a la nutrición (GNRtFN) y por la Convergencia Internacional de luchas por la tierra y el agua en África occidental describe los mecanismos que se esconden detrás de una forzada transformación hacia sistemas de alimentación y cultivo dedicados a servir los intereses de las empresas. El informe, apoyado en conversaciones llevadas a cabo con más de 400 campesinos en Burkina Faso, muestra las profundas implicaciones que tiene la introducción de semillas comerciales en la vida de las comunidades campesinas. Estas repercusiones abarcan desde la pérdida de variedades campesinas, una mayor dependencia de modelos de cultivo externos, hasta una dieta menos diversificada.
Semillas comerciales: conduciendo a la dependencia
“Los sistemas de semillas campesinas están construidos sobre el conocimiento de las comunidades, así como sobre variedades y especies que se han seleccionado y adaptado al entorno durante siglos”, afirma Rosalie Ouoba, de la Plataforma en Burkina Faso por la Convergencia Internacional de Luchas por la Tierra y el Agua en África Occidental. “Para las comunidades campesinas, las semillas son más que un ‘material genético’, forman parte de una red de relaciones con la naturaleza. Algunas comunidades entrevistadas describieron las semillas como el ‘alma de los campesinos’. Las mujeres, más concretamente las ancianas de las comunidades, juegan un papel crucial en la conservación y selección de variedades tradicionales”. Con una situación de lluvias cada vez más irregular en la región, las semillas campesinas, gracias a su adaptabilidad, son un elemento fundamental en la respuesta de estas comunidades frente al cambio climático.
Mientras el sistema de semillas campesinas garantiza que el control sobre todo el ciclo de producción y uso está en manos de las comunidades y, como consecuencia, proporciona autonomía e independencia a éstas, el sistema de semillas comerciales crea una necesidad económica para poder adquirirlas. Esto, unido a las restricciones legales y/o tecnológicas para conservar y utilizar las semillas, coloca a las comunidades campesinas en una situación de dependencia cada vez mayor. Los campesinos y campesinas son los encargados de conservar una enorme diversidad de especies y variedades a través de su sistema de semillas, que es la base de una alimentación y nutrición rica y diversa.
Las corporaciones están “repartiéndose el pastel”
El espectacular fracaso del algodón OMG en Burkina Faso muestra las consecuencias de un sistema de producción controlado por unas pocas compañías. Este sistema transforma a las comunidades campesinas en pasivos receptores de semillas y agroquímicos, al mismo tiempo que restringe las actividades agrarias con exclusivas patentes protegidas. “La introducción del algodón OMG exacerbó el ciclo de deuda en el que los productores de algodón se hayan al final de una cadena de valor transnacional. Las comunidades, en completa dependencia de las compañías de algodón nacionales y de la agroindustria de la multinacional Monsanto, no tuvieron otra opción más que plantar OMG con el paquete de químicos vendido por las mismas compañías”, subraya Philip Seufert, coordinador de Recursos Naturales de FIAN Internacional. Hasta ahora no se han llevado a cabo análisis independientes sobre las consecuencias de ocho años de cultivos OGM.
“Los derechos de los campesinos a las semillas están protegidos por la legislación internacional, incluidos en el marco de derechos humanos y el Tratado Internacional sobre Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura”, añade Seufert. “A pesar de ello, estos derechos no están siendo aplicados y los estados han enfocado sus esfuerzos en sacar partido del régimen de propiedad intelectual que limita el acceso y uso de las semillas por los campesinos y campesinas”, ha apuntado.
Luchar contra la ‘zona gris’ legal
De hecho, los estados están obligados, en materia de derechos humanos, a reconocer, proteger y apoyar los sistemas de semillas campesinas, preservar la biodiversidad y proteger de manera efectiva a las personas contra los riesgos de la biotecnología. A pesar de esto, la legislación actual en África coloca el estado y la gestión de las semillas campesinas en una zona gris, que los expone a la biopiratería y los confina al llamado sistema de semillas “informal”. Al mismo tiempo, las políticas nacionales y subregionales promueven la producción industrial de semillas comerciales y la creación de un sector de semillas comerciales.
Frente a esta tendencia, los movimientos sociales y organizaciones campesinas se están movilizando para proteger sus semillas y lograr sus derechos través de leyes y políticas que se basen en la agroecología y el derecho a la alimentación. Procesos como el de por una Declaración de la ONU de Derechos Humanos de los Campesinos y de Otras Personas que trabajan en Zonas Rurales o el desarrollo de unas directrices para la implementación del Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura (TRFAA), son importantes puntos de partida. La diversidad y variedad de especies de África occidental es un tesoro, desarrollado y conservado por las comunidades campesinas de la región, cuya importancia alcanza a toda la humanidad.
NOTAS A LOS EDITORES/AS:
El informe ¿Beneficio para las empresas o sistemas de alimentación diversa? Amenazas para las semillas campesinas e implicaciones en África occidental, es resultado de un proceso de investigación participativa llevado a cabo en 2017. Este proceso, facilitado por FIAN para la GNRtFN y la Convergencia Internacional de luchas por la tierra y el agua en África Occidental, incluye una misión investigadora en Burkina Faso llevada a cabo entre mayo y junio de 2017. El equipo de investigación entrevistó a 405 miembros de 21 comunidades campesinas en tres zonas del país. Las entrevistas se complementaron con reuniones con las autoridades estatales e investigación documental.

No hay comentarios:

Publicar un comentario