miércoles, 24 de abril de 2019

Países altamente emisores, productores de petróleo, siguen bloqueando la gobernanza de la geoingeniería en Naciones Unidas

La sociedad civil reitera el llamado a prohibir la geoingeniería



Nairobi, Kenia — Bajo presión de países altamente emisores, productores de petróleo, la Asamblea de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (ANUMA) no logró avanzar una propuesta para examinar los riesgos de las tecnologías de geoingeniería y considerar la necesidad de un marco de gobernanza más estricto del que existe. Muchos países presentes en la 4ª reunión de la ANUMA en Nairobi esta semana defendieron un enfoque precautorio que se hubiera podido construir partiendo de la actual moratoria sobre la geoingeniería dentro de Naciones Unidas, pero un puñado de países altamente contaminantes, productores de petróleo, bloquearon activamente cualquier progreso. En enero, Suiza, junto con otros 11 países, presentó una propuesta para que la ANUMA evaluara el estado de las tecnologías de geoingeniería y considerara los marcos posibles de gobernanza de Naciones Unidas, particularmente para la remoción de dióxido de carbono y la gestión de la radiación solar. 
La geoingeniería es un conjunto de propuestas tecnológicas a gran escala para manipular el clima con el fin de remover de la atmósfera gases con efecto de invernadero y/o reducir las temperaturas globales. Estas tecnologías no hacen nada con respecto a las causas profundas del cambio climático y afianzan la dependencia de la economía de los combustibles fósiles. Debido a sus inherentes altos riesgos y sus impactos potenciales sobre la biodiversidad, la gente y el ambiente, el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) estableció una moratoria contra las actividades de geoingeniería en 2010 y el Convenio de Londres sobre vertimiento de desechos al mar adoptó una prohibición sobre la fertilización oceánica en 2013.
“A las organizaciones de la Sociedad civil que hemos trabajado en la gobernanza de la geoingeniería por más de una década nos frustró que la resolución se bloqueara”, dijo Silvia Ribeiro del Grupo ETC. “La buena noticia es que la moratoria del CDB y la prohibición del Convenio de Londres continúan y son ejemplos para otros organismos. La ANUMA podría haber construido sobre la base de las decisiones precautorias que ya existen y podría haber dado pasos hacia el establecimiento de medidas multilaterales de gobernanza más profundas. Esto es particularmente importante ahora que algunos países poderosos están considerando desarrollar las técnicas de geoingeniería como excusa para no hacer reducciones reales de emisiones de gases, y han anunciado varios experimentos a cielo abierto en Estados Unidos y Chile, que violarían la moratoria del CDB.”
“La necesidad de profundizar en un marco de gobernanza de Naciones Unidas más amplio y vinculante para esas tecnologías de alto riesgo es más urgente que nunca. Los riesgos trasfronterizos e impactos adversos de la geoingeniería van mucho más allá de la discusión sobre el cambio climático. El despliegue de la geoingeniería, incluyendo la gestión de la radiación solar y la remoción de dióxido de carbono,  podría en peligro no solamente ecosistemas y formas de sustento, sino también derechos humanos, el desarrollo sostenible y la paz, afirma Barbara Unmüßig, presidenta de la Fundación Herinich Böll. “Llamamos a los países que han luchado por una gobernanza efectiva, con base en el principio de precaución, aquí en ANUMA-4, para que den los pasos necesarios hacia una prohibición internacional de la geoingeniería.”
“La oposición activa a cualquier forma de vigilancia de la geoingeniería de parte de Estados Unidos y Arabia Saudita debe alertar a quienes asumen que los países altamente contaminantes y productores de petróleo están dispuestos a adoptar una gobernanza responsable de esas tecnologías. No lo harán si estorba a su modelo habitual de negocios”, expresó Carroll Muffet, presidente del Center for Internartional Environmental Law (CIEL, Centro Internacional de Derecho Ambiental). “Estados Unidos, uno de los principales usuarios de las técnicas de remoción de dióxido de carbono para la producción de petróleo y combustibles, y promotor de la investigación y experimentación de la geoingeniería, demostró que no consideraría ni siquiera una vigilancia internacional limitada para ninguno de los casos. La resistencia que oponen los principales países promotores de la investigación y despliegue de la geoingeniería, deja ver el grave riesgo que constituye el que esas tecnologías avancen sin la gobernanza global compartida, que los propios investigadores en geoingeniería reconocen como absolutamente necesaria. El establecimiento de una estructura de gobernanza no es un obstáculo menor, es un problema político sumamente complejo, precisamente el tipo de problema que ha demorado la acción climática por décadas.”
La campaña ¡No manipulen la Madre Tierra!, iniciativa de una coalición global de organizaciones de la sociedad civil y movimientos sociales, mayormente del Sur Global, demanda un alto inmediato a todos los experimentos a cielo abierto. Varios miembros de la campaña reiteraron a sus gobiernos el llamado a una prohibición de la geoingeniería durante la reunión de ANUMA-4, y estuvieron presentes en las negociaciones en Nairobi.
Antecedentes
La Asamblea de Naciones Unidas para el Medio Ambiente se reunió por cuarta vez en Nairobi, Kenia, del 11 al 15 de marzo de 2019. El 13 de marzo, Suiza redactó un proyecto de resolución sobre gobernanza de la geoingeniería, que recibió el apoyo de diez países: Burkina Faso, los Estados Federados de Micronesia, Georgia, Liechtenstein, Mali, México, Níger, Senegal, y Montenegro.
El proyecto de Suiza llamaba originalmente a una evaluación del estado de las tecnologías de geoingeniería y los posibles marcos de gobernanza para cada tecnología, así como comprometer a las entidades relevantes de Naciones Unidas, incluyendo secretarías de los tratados, en esta evaluación. Se esperaba que un grupo independiente de expertos ad hoc aconsejara sobre el desarrollo de la evaluación, lo que hubiera debido ocurrir antes de agosto del 2020 y podría haber brindado la bases para decisiones futuras sobre mecanismos regulatorios derivados de la ANUMA u otros organismos de Naciones Unidas. Después de dos semanas de intensas negociaciones que terminaron bloqueadas, Suiza optó por retirar su proyecto de resolución al final del 13 de marzo de 2019.
La gobernanza que ya existe en los organismos de Naciones Unidas
El acuerdo multilateral sobre el ambiente que ha considerado la geoingeniería durante más tiempo es el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB). La primera vez que hubo negociaciones sobre geoingeniería en el CBD fue en 2007, y en las siguientes cinco Conferencias de las Partes, desde la COP 9, se adoptado decisiones al respecto. De forma significativa, en la COP 10 en 2010, el CBD tomó la Decisión X/33 (w), que estableció una moratoria sobre la geoingeniería. Previamente, el CBD había adoptado una moratoria sobre fertilización oceánica en 2008. Una compilación de las decisiones sobre geoingeniería está disponible en el sitio electrónico del CDB: https://www.cbd.int/climate/geoengineering/
El Convenio de Londres/Protocolo de Londres (CL/PL) sobre la Prevención de la Contaminación Marina por Vertimiento de Desechos y otras Materias también discutió esos temas por casi una década. Según una Declaración de grave preocupación sobre la fertilización oceánica publicada por sus grupos científicos y con el respaldo de sus organismos de gobierno en 2007, las partes del CL/PL adoptaron unánimemente una resolución en 2008 en la que se prohibieron todas las actividades de fertilización oceánica excepto las que sirvieran para una “investigación científica legítima”. A ello siguió otra resolución, en 2010, que estableció una definición estricta lo que se considera “investigación científica legítima”. En 2013, las partes del PL adoptaron de forma unánime una enmienda que brindó a la prohibición y al marco de evaluación fuerza legal, y abrió la posibilidad de que otras actividades de geoingeniería marina también se regularan. El Grupo Mixto de Expertos sobre la Protección del Medio Marino, GESAMP, por sus siglas en inglés, terminó recientemente una revisión técnica sobre las otras actividades de geoingeniería marina, que brindará la base para posteriores consideraciones regulatorias por las Partes del CL/PL.
Porqué la geoingeniería requiere mayor gobernanza global
La geoingeniería constituye un enfoque inefectivo e irresponsable para enfrentar los retos del cambio climático. Sus riesgos e impactos potenciales son globales y se extienden mucho más allá de la discusión climática. Todas las tecnologías que propone acarrean riesgos en gran escala para la diversidad biológica, los ecosistemas, la seguridad alimentaria, los derechos humanos, la salud y la democracia. Crea nuevas amenazas a la paz y la seguridad en las escalas nacional, regional y global, tanto por la exacerbación no intencionada pero factible de conflictos subyacentes, como por la posibilidad de que las técnicas de geoingeniería se utilicen de forma hostil. Además, afianzará aún más nuestra dependencia de la economía de los combustibles fósiles.
Mayor información:
·      Fuel to the Fire: How Geoengineering Threatens to Entrench Fossil Fuels and Accelerate the Climate Crisis (Combustible al fuego: cómo la geoingeniería amenaza con afianzar los combustibles fósiles y acelerar la crisis del clima) por el Centro Internacional de Derecho Ambiental y la Fundación Heinrich Böll, 2019.
·      Biofuelwatch, Fundación Heinrich Böll, Grupo ETC, 2017
·      Fundación Heinrich Böll, Grupo ETC, 2017
·      Policy Brief: Governance of Geoengineering, (en inglés) German Federal Environment Agency, 2019
·      Sitios con mayor información sobre geoingeniería

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